Escala: 
Fabricante: Greenlight Descripción
Revive el icónico tiroteo de la película El Padrino con esta réplica en miniatura del Cadillac Fleetwood Serie 60 1955.
Este coche a escala 1/24 es un símbolo de poder, riqueza y estatus, que refleja la atmósfera y el estilo de vida de la familia Corleone.
El coche de Vito Corleone en miniatura:
- Película: El Padrino (The Godfather, 1972)
- Personaje: Vito “Corleone” Andolini (Marlon Brando)
- Modelo: Cadillac Fleetwood Serie 60 1955
- Escala: 1/24
- Material: Carrocería de aleación metálica e interiores plásticos
- Dimensiones: Un coche a escala 1/24 mide de largo entre 13 y 20 cm aprox.
- Color: Negro
- Embalaje: Caja de cartón expositora
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El coche en la película El Padrino:
El Cadillac Fleetwood Serie 60 de 1955 protagoniza varias escenas de El Padrino (The Godfather, 1972), una de las películas más icónicas del cine. Este lujoso modelo refleja el poder, control y posición social de los Corleone.
El Cadillac Fleetwood es un sedán de lujo con un imponente y elegante diseño, carcacetrístico de los coches de alta gama de los década de 1950. Llama la atención por los brillantes detalles cromados, su carrocería larga y su interior de madera y cuero. Era muy valorado por su comodidad, amplitud y lujosos acabados. Se consideraba un signo de la clase de quienes lo poseían.
En El Padrino, el Cadillac Fleetwood Serie 60 se relaciona con la fortuna y el poder de la familia Corleone. Refleja su éxito y da a entender la influencia y el control de la familia sobre su entorno. Además, sirve para ambientar con la estética del período.
El Cadillac Fleetwood aparece en una de las secuencias más conocidas y cruciales de la película, el tiroteo contra Vito Corleone (Marlon Brando). En la escena, “el Padrino» compra unas naranjas en una pequeña tienda en Little Italy, acompañado por su hijo Fredo (John Cazale). Este fruta simboliza la muerte en la película, convirténose en un presagio de lo que va a suceder. Cuando Vito Corleone regresa a su automóvil, dos mayones armados se acercan sigilosamente. Vito intenta escapar, pero recibe varios disparos a quemarropa.
Esta escena, rodada magistralmente por Coppola, es una de las más icónicas de la historia del cine.
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