El Cadillac Fleetwood de Elvis:
En julio de 1955, después de que su primer Cadillac de 1954 se incendiara en la carretera, Elvis Presley compró un Cadillac Fleetwood Serie 60 nuevo. Este era un automóvil de lujo de la época con motor V8, transmisión automática Hydra-Matic de cuatro velocidades y todo el confort que esperaba una joven estrella en ascenso.
Origen y transformación del Cadillac de Elvis
Aunque primero era azul con un techo negro de fábrica, el coche sufrió varios cambios: tras un accidente menor en septiembre de 1955, Elvis mandó retocar la carrocería y en 1956 el techo fue pintado de blanco. Inspirado por la letra de su canción “Baby, Let’s Play House”, en la que se menciona un Cadillac rosa, Elvis mandó repintar el coche de azul y negro en un tono personalizado llamado “Elvis Rose” por un vecino y aficionado a la pintura, que conservó el techo oscuro. Esto ayudó a consolidar el esquema de color que conocemos hoy en día —el pink Cadillac rosa y blanco que se exhibe actualmente.
Una vez terminado, el coche lo regaló a su madre, Gladys Presley, aunque ella nunca aprendió a conducir, por lo que fue Elvis quien lo condujo durante la mayor parte de 1955 y 1956.
El Cadillac Fleetwood de Elvis: impacto cultural del coche
La transformación de un coche de fábrica azul en un Cadillac rosa personalizado lo convirtió en uno de los automóviles más influyentes de los años 50. Aunque originalmente era un Cadillac estándar, la asociación con la música y la imagen de Elvis lo elevó a un símbolo cultural que trascendió el mundo del motor. Después de que Elvis lo pintara, muchos propietarios de coches de la época comenzaron a personalizar los suyos en tonos llamativos, inspirados por el estilo del cantante.
La colección de automóviles de Elvis: exhibición y legado en Graceland
Este Cadillac representa solo el inicio del amor de Elvis por los coches. A lo largo de su vida llegó a poseer cientos de vehículos, muchos de ellos Cadillac personalizados o de lujo, que reflejaban su personalidad extravagante y su fascinación por el automóvil como extensión de su estilo.
El Cadillac que comenzó siendo azul se convirtió en una de las piezas más visitadas del Elvis Presley Automobile Museum en Graceland, Memphis, Tennessee, donde permanece como recuerdo tangible de los primeros días de su carrera. Ha sido exhibido en distintos eventos y ha servido como emblema de su impredecible estilo y éxito.