Descripción
Regreso al futuro 3 DeLorean: Viaja en el tiempo con el coche con ruedas de tren en miniatura de la película.
Comprar el coche de Regreso al futuro 3 en miniatura:
- Película: Regreso al futuro III (Back to the Future. Part III, 1990)
- Personaje: Doc Brown (Christopher Lloyd) / Marty McFly (Michael J. Fox)
- Modelo: DeLorean DMC 12 1981-82 (Time Machine)
- Escala: 1/18
- Fabricante: Sun Star
- Piezas móviles: El capó se abre
- Material: Coche de metal e interiores plásticos
- Escala 1/18 en cm: Un coche a escala 1/18 mide de largo de 22 a 27 cm aprox.
- Color: Gris con llantas ruedas rojas
- Embalaje: Caja de cartón expositora
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El coche de Regreso al futuro III:
Si hablamos de coches que hicieron historia en el cine, el DeLorean DMC-12 ocupa un lugar de honor. Convertido en la mítica máquina del tiempo creada por el doctor Emmett Brown, fue el verdadero hilo conductor de la trilogía Regreso al Futuro. En la tercera parte, estrenada en 1990, el vehículo vive una transformación especial al enfrentarse a un escenario completamente diferente: el Viejo Oeste de 1885. Su presencia en ese entorno rústico y polvoriento añade un contraste fascinante y se convierte en uno de los elementos más memorables de la película.
El DeLorean en el Lejano Oeste
La historia del DeLorean en Regreso al Futuro III comienza realmente en la segunda película. Al final de esa entrega, un rayo impacta contra el coche mientras viajaba en el tiempo, provocando que desaparezca con Doc Brown dentro. El destino: 1885. Allí, atrapado en pleno siglo XIX, Doc decide ocultar el automóvil en una mina abandonada para que Marty McFly lo encuentre décadas más tarde, en 1955. Gracias a unas detalladas instrucciones que deja atrás, el joven logra localizarlo y ponerlo en funcionamiento, dando pie a la aventura de la tercera película.
El DeLorean modificado de 1885
En esta entrega, el conflicto no es tanto tecnológico como práctico. El DeLorean necesita gasolina para mover su motor, pero en 1885 no existen gasolineras ni forma de conseguir combustible moderno. Tras un accidente que daña gravemente el motor, el coche queda inutilizado como vehículo convencional, aunque la unidad del condensador de fluzo sigue en perfecto estado. La misión de Doc y Marty es, por tanto, buscar un modo de alcanzar las 88 millas por hora necesarias para activar los viajes en el tiempo sin depender del motor.
El DeLorean y el tren de vapor
La creatividad de Doc encuentra la respuesta en los recursos disponibles en esa época: el ferrocarril. Su plan consiste en utilizar una locomotora a vapor para empujar al DeLorean sobre las vías del tren, logrando así la velocidad necesaria para que la máquina del tiempo funcione. Para ello, instalan ruedas adaptadas a los raíles, convirtiendo al coche en una especie de vagón futurista que mezcla lo mejor de dos mundos: la ciencia ficción y la estética del Oeste.
Este invento no solo resuelve el problema, sino que también regala al público una de las imágenes más icónicas de la saga: el DeLorean sobre los raíles, empujado por una locomotora que ruge con la potencia del vapor.
La destrucción del DeLorean
El desenlace es espectacular. El tren avanza a toda velocidad, el puente aún está en construcción y Marty viaja dentro del DeLorean con el tiempo contado. En el último instante logra regresar a 1985, justo antes de que las vías terminen. Sin embargo, nada más llegar a su presente, una locomotora choca con el vehículo y lo destruye por completo. Esta escena no solo sirve como un final dramático, sino que también simboliza el cierre definitivo de los viajes en el tiempo.
El DeLorean más reconocible, en miniatura
A pesar de su destrucción, el DeLorean de Regreso al Futuro III ocupa un lugar muy especial en la memoria de los fans. Su adaptación al entorno del Viejo Oeste, con ruedas ferroviarias, polvo y estética improvisada, lo convierte en una versión única del automóvil más famoso del cine.
Hoy en día, su imagen sigue viva gracias a réplicas coleccionables, juguetes y modelos a escala, que permiten revivir una de las aventuras más emocionantes de la saga. El DeLorean demuestra, una vez más, que no era solo un coche, sino un verdadero personaje, capaz de transformarse y seguir brillando en cualquier época.























